La Alteridad en el Espejo. Retratos
expresionistas de - Johan Falkman
Marzo 22 al 15 de Julio del 2012
Uno de los grandes Exponentes de la
Pintura Sueca es el maestro Johan
Falkman
tanto su pintura de caballete como la
de formato mural es extraordinaria . Si bien el pasado mes de noviembre pudimos
admirar sus grandes composiciones murales y nuevos proyectos presentados por el
mismo dentro del III Encuentro Mural en Guanajuato, ahora toca el turno a la
pintura de caballete que en su mayoría es pintura por encargo como bien nos
comento Johan con anterioridad.
Johan Falkman ahora en México , En el Antiguo Colegio
de San Ildefonso es uno de esos sitios que nos invitan a la reflexión en el
arte , gracias a las gestiones que realizara la Maestra Leticia López Orozco
junto con las autoridades del Museo de San Ildefonso este mes de Marzo podremos
degustar una nueva muestra de arte contemporáneo. Si bien ya es un regalo el
poder admirar la dotada serie de murales de Orozco y Rivera , es mejor aun
cuando podemos admirar en conjunto la majestuosidad de nuevas curadurías
integradas en las salas de la antes preparatoria numero uno .
El retrato en la obra de Falkman es
una constante, la técnica que el aplica en el lienzo demuestra el dominio del
color y la composición grandes y pequeños formatos de caballete transitan en su
conjunto dentro de un universo multicolor, sin embargo para Falkman es
importante el dialogo entre artistas universales y ahora toca el turno de crear
un paralelismo con las obras de grandes maestros de la Plástica Mexicana entre
ellos aportamos a esta muestra dos obras de los años 50 de Federico Cantú. Autorretrato con Paleta 1950, Niki
Morris 1954.
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El artista plástico sueco Johan Falkman en México
Johan Falkman nació en Trelleborg, Suecia. Estudió dibujo, escultura y pintura
en la Escuela de Arte Dimitar Rangatchews en Malmö, y en 1988 continuó su
formación con la artista de naturalezas muertas Susanne Steinbacher
(especialista en la técnica combinada de óleo y témpera de huevo de Jan van
Eyck), en la Escuela Ernst Fuchs en Reichenau.
En 1990 Falkman viajó a Estados Unidos para aprender el género del
retrato en la National Academy of Design. Un año después fue aceptado para
estudiar en el Pratt Institute donde realizó cursos de especialización en pintura,
gráfica, escultura e historia del arte. Además, estudió conservación,
metodología y filosofía del arte.
Falkman se graduó de Licenciado en Bellas Artes con los más altos
honores en 1994 y fue galardonado con el premio Pratt Circle Award for
Outstanding Academic Achievement. Al año siguiente obtuvo la presea del
Pratt Institute’s Certificate of Excellence/Outstanding Merit Award in the School
of Art and Design. En 1995, también recibió el premio de la American
Scandinavian Society Cultural Grant Award. Continuó sus estudios en el Pratt
Insitute durante tres años más, participando en cursos de especialización sobre
pintura, historia del arte, mitología griega y el renacimiento veneciano.
Johan Falkman sigue los estilos naturalista, simbolista y expresionista.
Su intereses fundamentales los centra en la pintura alemana de finales del
siglo XIX. Especialmente disfruta de las obras de Lovis Corinth, Edward Munch,
Käthe Kollwitz, el artista austriaco Ferdinand Hodler y los pintores que fueron
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parte del grupo expresionista alemán El Puente, a través de su referencia
plástica con el artista español Ignacio Zuloaga.
Por su parte, Falkman, inicia su incursión en la técnica de pintura mural,
con sus dos primeras obras monumentales, al óleo sobre tela de algodón, por
encargo de las autoridades del Puerto de Trelleborg su ciudad natal, con el fin
de celebrar los 100 años de su fundación. El artista sueco realizó numerosos
dibujos influenciados por los frescos de Diego Rivera como lo notaremos en
sus obras, así como por las obras de David Alfaro Siqueiros y en menor medida
por las de José Clemente Orozco.
Sus murales (uno de 14 X 9 metros y otro de 7 X 4.5 metros) ofrecen
una sucinta crónica histórica de su país, el que desde hace casi dos siglos no
ha sostenido ni participado en ninguna guerra o revolución, fincando así su
progreso en el avance tecnológico, científico e industrial, en una más equitativa
distribución de la riqueza entre sus habitantes y en un respeto absoluto por la
naturaleza.
Las obras de Falkman demuestran su dominio técnico, formal y
estilístico. Rasgos postimpresionistas, expresionistas y realistas que recuerdan
a Vincent van Gogh, Edward Munch, Käthe Kollwitz y a los muralistas
mexicanos, caracterizan su pintura mural. El dibujo es de gran calidad y el trazo
es combinado, firme, a veces muy fino y otras más grueso, según la intención y
la fuerza expresiva con los que quiere dotar a cada figura dentro de su obra.
Debemos subrayar el manejo del color, que le sirve tanto para delinear
claramente los rostros de los retratados, como para colocar dentro del
anonimato a los personajes comunes. Una rica gama cromática, que incluye
colores primarios y secundarios, negro y blanco, le sirven al pintor sueco para
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armonizar y equilibrar la composición, así como para acentuar algunas figuras
u objetos que responden a un orden temático o a una organización jerárquica
de los asuntos tratados.
La luz que produce el color es muy singular, pues quizá debido a la
posición geográfica de su país, nos transmite una luz fría. Los rostros de los
personajes de su mural reciben una luz rasante que da una luminosidad
amarillenta, cuyos efectos de sombra nos permite conocer los detalles faciales
y reconocer al hombre o mujer representado, al mismo tiempo que resalta la
calidad de la pincelada (con pinceles o espátulas) y la textura de la obra.
La simetría alcanzada en las obras con las formaciones de marineros,
los rieles del ferrocarril, las cargas de madera, las filas de carros, camiones y
soldados, acotados por grandes embarcaciones, aluden directamente a la
industrialización, al desarrollo y a las actividades económicas fundamentales
para el progreso de su país. En tanto que la parte del mural que simboliza la
herencia histórica sueca y su riqueza cultural, enmarca los avances del Estado
y la sociedad. Falkman sintetiza en su pintura monumental la disyuntiva del
camino del hombre: el progreso o la guerra; la creación o la destrucción; la
naturaleza o la industrialización; la vejez o la juventud. Podemos sugerir que
comparte los presupuestos filosóficos que encontramos en las obras de Rivera
y Siqueiros, pero no los ideológicos, aunque su obra no está exenta de un
discurso político indirecto. Falkman posee la disciplina, el oficio y el
conocimiento para continuar con la realización de murales que le permitan
convertir su expresión artística en una verdadera experiencia estética para
cualquiera que los conozca.
por Leticia López Orozco
Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM
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